La ética empresarial, no es necesaria sino imprescindible. Una empresa que no incluya la ética de manera intrínseca en su día a día podrá "tener suerte" y alcanzar en un momento dado unos beneficios importantes a corto plazo, pero está claro que será una empresa que desaparecerá del mundo empresarial en breve, ya que seguro que no habrá tenido ni tendrá un apoyo lejano ni por parte de los trabajadores, que son la materia prima fundamental de cualquier empresa, y tampoco la aceptación a nivel social.

Toda la vida se ha escuchado que si se trata bien al cliente, este volverá. Pues bien, en eso se basa la ética. La empresa no debe sólo mirar por el interés propio sino por el de todos los afectados por la misma, los stakeholders. Si una empresa actúa de forma ética se incrementará la motivación y la satisfacción del trabajador, se generará una cohesión empresarial y se mejorará la imagen empresarial. Todo esto se traslada hacia un aumento de la probabilidad de éxito empresarial.